Para empezar la replicación, la pila de cubos se dobla y pone encima de la mesa el cubo superior. Entonces se dobla a un lado u otro para recoger un nuevo cubo y lo deposita encima del primero. Repitiendo el proceso, puede crearse un robot compuesto por una pila de cubos igual al primero. Dado que un robot no puede alcanzar la parte superior de otro robot de su misma altura, el robot construido ayuda al proceso completando su propia construcción.
Hod Lipson muestra algunos de los cubos modulares del robot. (Foto: Kevin Stearns/University Photography)
Exactamente qué se califica como "auto-replicación" está abierto a discusión, admite Lipson. Por ejemplo, los seres humanos se reproducen pero no se auto-replican, dado que su descendencia no es una copia exacta del original. Y, en muchos casos, la habilidad de reproducirse depende del ambiente. Los nuevos robots del laboratorio de Lipson también son muy dependientes del entorno, y adquieren su energía a través de contactos en la superficie de la mesa, no pudiendo reproducirse a menos que los experimentadores los "alimenten" proporcionándoles módulos adicionales.
"Aunque las máquinas que hemos creado son todavía simples en comparación con la auto-reproducción biológica, sí demuestran al menos que el mecanismo de la auto-reproducción es posible en robótica, y no exclusivo de la biología", argumentan los investigadores.
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