La robótica ha
tenido casi siempre mala prensa pero ahora nos encontramos en un punto
de inflexión al haber comprendido que es nuestra aliada. El origen de
esa mala relación estuvo ligado a la construcción de artefactos que en
cierta manera trataban de reemplazar el trabajo de nuestros congéneres y
ello levantó suspicacias. No hay que irse muy lejos en el tiempo para
recordar cómo por ejemplo muchos de los operarios de las distintas
cadenas de producción en la fabricación de automóviles miraban con
recelo cuando pasaban a ser sustituidos por las máquinas…
Sin embargo los tiempos afortunadamente cambian y hoy se puede decir que hombre y el robot mantienen
una relación más que satisfactoria sobre todo en el campo de la
medicina, pero sobre todo muy beneficiosa en el ámbito de la
rehabilitación donde en España empiezan a darse avances significativos.
Sin embargo antes de entrar en materia seguro que te has preguntado alguna vez cuáles son las características de la robótica.
Se trata de una rama de la tecnología que se caracteriza por el empleo
de máquinas controladas por ordenador, que están programadas para
moverse, manipular objetos y que interactúan además con su entorno.
Casi como los humanos ¿verdad? Y ojo, que ya no se puede argumentar que
estas ‘máquinas’ no tienen corazón, porque la tecnología ha conseguido
ya que muchos de estos artilugios sean capaces de emocionarse, sentir y
pensar. Hacemos un inciso y os mostramos por ejemplo el último hito en
este campo Rex, el robot más parecido al humano: con corazón, sangre, nariz, piernas y boca.
Si hacemos un poco de feed-back el nacimiento de la robótica
se sitúa en la década de los 60, siendo su máximo exponente en España
Leonardo Torres Quevedo, a quien se le debe en 1912 la creación del
primer robot capaz de hacer ‘jaque mate’ a cualquier humano que le
pusieran enfrente. Aunque mucho antes, Aristóteles y Leonardo Da Vinci
habían sentado en cierta forma las bases de todo un complejo mundo que
en el ámbito de la medicina está logrando por ejemplo que personas con
problemas medulares o afectados por accidentes cerebrovasculares puedan
andar a través de lo que se denominan exoesqueletos.
José Luis Pons, quien dirige el grupo
de Bioingeniería en el CSIF, es probablemente una de las personas que
más conocen sobre estos dispositivos en España. De su mano se ha
acercado imatv a la Semana de
Robótica celebrada en la Universidad de Alcalá de Henares, poniendo bajo
el foco la difícil relación entre el hombre y la máquina en una
interesante conferencia donde presentó estos dispositivos tan
beneficiosos hoy para para los humanos.
Para haceros una idea los exoesqueletos,
tal y como se aprecia en la imagen que ilustra este post, son armazones
metálicos externos que ayudan a moverse a su portador para que realice
cierto tipo de actividades aumentando la independencia de pacientes con
enfermedades también tan duras como el Parkinson. Así en este
apasionante mundo casi de ciencia ficción hay dos tipologías de
dispositivos bien diferenciados: los neuro-robots y las neuroprótesis
que facilitan la vida de estos pacientes bien con mecanismos externos
que los ayudan en su movilidad diaria, o bien gracias a implantes en las
neuronas haciendo que estas sean las que finalmente respondan y
activen los movimientos, recuperando así las capacidades cognitivas.
Una realidad palpable porque ya hay robots que están decodificando e interpretando impulsos y los están transformando en movimiento. Tim Hemmes, es el primer tetrapléjico que mueve un brazo robótico mediante el poder de su mente.
Por lo que no queda la menor duda, como
argumenta el propio José Luis Pons, de que podemos considerar ya a
los robots como nuestros auténticos aliados.
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